EL SOL DE LOS MESES SIN ERRE

Doble página de ‘El Mensajero de San Antonio’ de mayo de 2024.

Ramón Mur

(Artículo publicado en ‘El Mensajero’)

 

Este es  el primero de los cuatro meses del año que no tienen erre y que son mayo, junio, julio y agosto. Los ocho restantes son resabiados con erre y en ellos el sol es dañino porque no solo alumbra sino que achicharra. El sol de mayo que no abrasa tanto como el veraniego de julio es todavía primaveral. Con el sol de mayo crecen las flores que todavía no necesitan tanto riego para sobrevivir como en los meses siguientes.

 

         De mi lejana infancia recuerdo haber cantado “El 13 de mayo a Cova de Iría bajó de los cielos la Virgen María”. Y también el “Venid y vamos todos con flores María, que madre nuestra es”. En mayo los días eran más largos, no hacía el calor de junio o julio, pero ya se podía uno bañar en las balsas de pequeños regadíos o en el río. La peor parte de este mes estaba en los estudios de fin curso porque había que apretar los codos para ir preparando ya los exámenes finales.

 

         Mayo fue en el nunca olvidado año de 2020, el mes de las desescaladas, el de las primeras salidas a la calle con la mascarilla anti Covid puesta, el despertar de una pesadilla, el mes de las largas filas en las que formaban los ‘vacunandos’ ante los centros de salud. Parece como si aquello no hubiera ocurrido nunca, como si no pudiéramos o no quisiéramos mantener vivo en la memoria el mal que sufrimos solo hace cuatro años. Aquel mes de mayo tampoco tuvo erre, el sol hizo poco daño porque parecía impotente para dar luz y calor en medio de tanta penumbra, oculto entre los negros nubarrones de la pandemia universal.

 

         Este mayo de 2024 seguirá teniendo erre en la franja de Gaza. Erre sangrienta de guerra, de palestinos muertos en los hospitales bombardeados por Israel con la excusa de que debajo de cada centro clínico hay un refugio subterráneo donde se esconden los terroristas de Hamás.  La erre de este mayo parece tan feroz como interminable. El Estado de Israel dice defenderse de los ataques pero los palestinos ni siquiera tienen un Estado reconocido por la comunidad internacional.

 

El sol también está oscurecido en la franja de Gaza por la guerra, por el polvo de los escombros que cada bombardeo deja tras de sí. Y entre tanta oscuridad apenas se ven palestinos vivos porque cada día son más los muertos  inocentes. Esta guerra con erre de crueldad pero también de rabia no cesa en este mes de mayo que tampoco este año se escribe con erre. Pero la guerra no cesa como si el sol de la paz se hubiera apagado sin remedio y para siempre.

 

 

 

        

 

        

 

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